La menstruación, algo tan natural en el cuerpo femenino que fue censurado, ocultado e incluso, se volvió razón de vergüenza para quienes viven este proceso fisiológico.

La sociedad se ha encargado, por siglos, de llenar de tabúes todo aquello que abarca la sexualidad, desde los actos sexuales, hasta las partes intimas y con ello, la naturaleza del propio cuerpo humano.

Las creencias erróneas y la poca información acerca de un proceso tan natural, como lo es el periodo femenino, dan pie al nacimiento de grandes, y muchas veces absurdos, tabúes.

El impacto que estos han tenido en nosotros, como sociedad, nos ha llevado a cambios importantes en la manera como manejamos la menstruación, así como a resultados adversos en la salud reproductiva, la exclusión social, la enfermedad e, incluso, la muerte.

El estigma de la menstruación es una forma de misoginia, eso sin duda. Los tabúes menstruales nos condicionan a entender la función menstrual como algo que debe ser escondido, algo que debe de causar vergüenza e incluso, como algo sucio. Y, asimismo, al no ponerle nombre a algo, reforzamos la idea de que no debe ser nombrado. Porque seamos sincerxs, no tiene nombre como tal.

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Que nos inculcaran el tener que sentir vergüenza cuando nos “manchamos”, comprar las toallas sanitarias o tampones en la tienda y que la gente nos vea, que las empresas, en lugar de usar el color rojo real del periodo, usarán azul en sus anuncios promocionales, porque ofendía a las audiencias, todo eso reforzó los tabúes que, por generaciones, estuvieron presentes.

No fue hasta hace algunos años, no muchos, que, con esfuerzo constante, se han logrado tumbar varios de estos tabúes, se logró que dejaran de usar el color azul en representación de la sangre, se logró que la educación sobre salud sexual fuera más accesible y también se logró la comercialización de otros métodos de cuidado para el periodo femenino, que no solo son más cómodos y menos peligrosos, también son más accesibles y ayudan al medio ambiente.

Y justo de estas alternativas de métodos de cuidado para el periodo es que vamos a hablar en este blog.

Cada vez somos más las que preferimos usar métodos alternativos para el cuidado de nuestra higiene íntima cuando de la menstruación o periodo femenino se trata. Por eso, hoy te traemos estas grandiosas propuestas que además de cómodas y eficientes, también cuidan al planeta y son más seguras para nuestra salud.

Menstruación. Alternativas de cuidado

Estos métodos se dividen en dos, los internos y los externos. Los internos son aquellos que se colocan dentro del cuello uterino como las copas menstruales y las esponjas; los externos son los que se usan por fuera, como las toallas o compresas femeninas y las pantis. 

A continuación te contaremos en qué consiste y cómo se usa cada una de estas alternativas:

Métodos Internos:

Copa menstrual:

Es el método alternativo más popular, también económico, ya que, bien cuidada, puede durar hasta 10 años. Se compone de un material que no contiene ninguna sustancia tóxica y ayuda a prevenir infecciones y alergias, se puede usar hasta por 12 horas seguidas.

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Tiene forma de copa, muy suave al tacto y flexible. La copa menstrual se introduce en la vagina donde va recogiendo la sangre, pero sin ser absorbida.

Esponjas menstruales o marinas:

Son otra alternativa para absorber el flujo menstrual. Este producto es mucho más flexible que la copa menstrual y su aplicación suele ser más fácil y se adapta bien a las paredes vaginales.

Tienen una capacidad similar a la de un tampón, las esponjas son reutilizables y se deben lavar en cada uso, ya que debido a su porosidad puede contener microorganismos en su interior y producir infecciones vaginales, si no es cuidada debidamente. No deben permanecer en la vagina más de 6 horas.

Métodos externos:

Pantis menstruales:

Están hechas con un material flexible y altamente absorbente que retiene el flujo y evita que pase a la ropa.

Tienen varias capas absorbentes y antibacterianas de modo que evitan los olores, se lavan como la ropa interior tradicional y también son reutilizables.

Compresas reutilizables:

Una de las opciones más ecológicas.

Están fabricadas con tejidos orgánicos, como el algodón, y tienen una capa superior que impide las fugas de los fluidos. Pueden ser lavadas para usos posteriores.

La verdad es que estas alternativas son mil veces más cómodas y seguras (hablando de la toxicidad que los métodos “tradicionales” como las toallas o los tampones pueden aportar a nuestro cuerpo y medio ambiente).

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Ahora ya sabes que tienes más alternativas de cuidado para tu higiene íntima y que el periodo es algo totalmente natural, es momento de que dejes de sentir vergüenza y que dejes de creer en todas esas creencias absurdas que, como hemos visto, son simples habladurías impuestas sin fundamento.

Atrévete a seguir rompiendo tabúes y no dejes que estos te frenen.